La hostelería esta relacionada conmigo desde que tenía trece años y en aquí Welcome de Santutxu ganaba unas perrillas los veranos. Luego con dieciséis añitos que cantaría Dani Martín ahora nos embarcamos Saso, Gorka y yo en el Bar Gayarre de Iturbide, donde con una mano de pintura y mucha ilusión pusimos mucho ritmo al casco viejo de los ochenta.
Ahora años mas tarde, he vuelto a pesar de que paso a menudo por allí, para desayunar. Me encuentro lógicamente la misma estructura y la misma distribución y según pido mi café y croissant, rememoro aquellos años donde las preocupaciones eran tan inminentes que la vida nos parecía más rápida. Aquí he congelado y paralizado durante estos sorbos lentos de un café demasiado caliente, la música de Golpes Bajos, y su “No mires a los ojos de la gente” Paso la pagina del periódico y escucho al grupo local Rufus, con esa noche angelical que me hacia vicioso. Las nostalgia se disuelve en un café Gayarre que tantas enseñazas me proporciono. El bollo esta rico, pero se acaba como la juventud que se nos esfumo mas rápido de lo que nos pensábamos. Ahora no me arrepiento de nada y vivo una vida, sino plena…satisfecha y contento por el día a día.
Se me ha terminado el café y me entran ganas de repetir otro para seguir escuchando esa música que pinchaba desde un viejo Lenco con capsula y Nacha Pop con Radio Futura fusionándose en esa mesa de mezclas que ya no conservo.
Por eso me gusto el desayuno del Gayarre, por que me hizo escuchar música aunque estuviera la tele encendida.
jabier@lavisita.com
martes, 22 de noviembre de 2011
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