Un NUEVO…viejo…AITXIAR del CASCO VIEJO
El Restaurante Aitxiar está en la calle María Muñoz del Casco Viejo Bilbaíno, y hace escasamente una semana que lo acaban de reinaugurar. Ya antes era un clásico y su barra de pinchos y sus menús eran más que conocidos por lugareños y foráneos.
Ahora con una limpieza de cara y aspecto más moderno sigue la línea de calidad que antes ya tenían y con un Menú del Día que no llega a los 12€ pudimos disfrutar de la terraza y la excelente comida que el menú incluía; Crema de Calabacín y Rodaballo, para rematar con Piña. Todo muy bien presentado y con muy buen gusto hizo las delicias de mi acompañante; Jon Fano, que además de tener buen saque… aprecia la presentación y forma de los platos.
El servicio atento, pero un poco verde puso todo el empeño para que no solamente nosotros, sino el resto de los comensales, se sintieran cómodos y prometan volver pronto.
Nosotros así lo haremos y recomendaremos el sitio Aitxiar en la calle María Muñoz de Bilbao. Con amplio comedor y terraza a precios muy accesibles te permite disfrutar de la comida con mayúsculas.
Paso por nuestro lado Juancar el dueño del Muga y nos comenta que el artífice de todo esto es un tal Ander Cano que antes estuviera en La Taberna de los Mundos y además de escribir en los suplementos de fin de semana, ahora capitanea..el nuevo Aitxiar.
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martes, 21 de junio de 2011
CAFE Y COPA EN EL ERREKA PLAZA NUEVA BILBAO
El Erreka es un bar situado en la Plaza Nueva Bilbaína, disponen de un terraza maja que en días de calor y sol hace que los cubatas y el café sepan mejor.
Aquí con Jon Fano, que además aderezo todo esto cambiando con buena y profunda conversación.
Esto sí es un buen coctel; Sol, buena temperatura, buena compañía, mejor conversación y un chorrito de profundidad bien revuelto hacen que momentos como estos sean difíciles de olvidar.
Gracias Jon
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Aquí con Jon Fano, que además aderezo todo esto cambiando con buena y profunda conversación.
Esto sí es un buen coctel; Sol, buena temperatura, buena compañía, mejor conversación y un chorrito de profundidad bien revuelto hacen que momentos como estos sean difíciles de olvidar.
Gracias Jon
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domingo, 19 de junio de 2011
VIA PIZZA Casco Viejo BILBAO
Sin duda y para mi gusto, con todo lo subjetiva que puede ser mi opinión...las mejores Pizzas que he comido en mi vida hasta el día de hoy, son las de Vía Pizza de la calle Santamaria en el Casco Viejo Bilbaino.
Se celebraba La Noche Blanca en Bilbao, la temperatura era perfecta y comer en los bancos que tienen habilitados en el exterior de la pizzeria fue sin duda uno de los mejores planes.
A las crias, sin comer demasiado les gusto, ( No era la primera vez que las comían) A Jon Fano que nos acompañaba le parecieron también estupendas y como sigo teniendo eso que yo llamo, espíritu disjockey que fui...si los demás disfrutan, también disfruto.
Jon se encargo de la elección y Greta aporto sus preferencias...Una Suiza basada en quesos y champiñon, otra con salchicha y bacon para las niñas y la ultima carbonara, que poco tiene que ver con las que ya conocemos con el mismo nombre, pero que esta deliciosa.
La cena para los cinco, nos costo menos de treinta euros con bebidas incluidas y disfrutamos un montón
EL servicio, aunque saturado por la hora punta que era, se le vio diligente, complaciente y bien organizado...muy recomendable Vía Pizza, en la calle Santamaria de Bilbao.
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Se celebraba La Noche Blanca en Bilbao, la temperatura era perfecta y comer en los bancos que tienen habilitados en el exterior de la pizzeria fue sin duda uno de los mejores planes.
A las crias, sin comer demasiado les gusto, ( No era la primera vez que las comían) A Jon Fano que nos acompañaba le parecieron también estupendas y como sigo teniendo eso que yo llamo, espíritu disjockey que fui...si los demás disfrutan, también disfruto.
Jon se encargo de la elección y Greta aporto sus preferencias...Una Suiza basada en quesos y champiñon, otra con salchicha y bacon para las niñas y la ultima carbonara, que poco tiene que ver con las que ya conocemos con el mismo nombre, pero que esta deliciosa.
La cena para los cinco, nos costo menos de treinta euros con bebidas incluidas y disfrutamos un montón
EL servicio, aunque saturado por la hora punta que era, se le vio diligente, complaciente y bien organizado...muy recomendable Vía Pizza, en la calle Santamaria de Bilbao.
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viernes, 17 de junio de 2011
VICTOR MONTES Restaurante en Bilbao
VICTOR MONTES …o no solo es comer bien…Todo empezó mal, porque a pesar de reservar con tiempo para comer a las 13:30h. al llegar, nos pidieron que esperáramos, ya que los cocineros estaban comiendo.
Pedimos un Txakoli y pasados quince minutos preguntamos si podemos subir al comedor. Al minuto ya subíamos y con todo la sala para nosotros, nos sentamos. EL camarero nos facilita las cartas y olvidándose de nosotros, trascurre el tiempo y comienzan los nervios, por sentirnos como abandonados. Él seguía montando las mesas y nosotros ya teníamos decido que comer y alguna duda que consultar.
Por fin, hacemos nuestro pedido y me decanto por un revuelto de trigueros y gambas, para seguir con un rabo de Buey.
La comida francamente buena, bien servida, cocinada y condimentada. Bien presentada y en su punto. El comedor, coqueto y acogedor da fe que el tipo de público que acude, es pudiente. No solo porque nos disponen de menú del día, sino porque los precios, sin discutir que lo valgan o no, son para pensar dos veces la elección.
El servicio, fue justito y con el tiempo fue mejorando. Despistado al principio y gentil al final.
Experiencias como la de hoy, me reafirman que a los restaurantes no solo se va a comer, sino a estar a gusto y sentirte atendido. En el Víctor Montes, primero estuvimos incómodos y no muy bien atendidos, para según trascurría el tiempo, estar más pendiente de nosotros que de montar el comedor.
Es un buen sitio, y no para todos los bolsillos, ya que la cuenta, sin pedir vino y un solo postre no salió por casi 90€
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Pedimos un Txakoli y pasados quince minutos preguntamos si podemos subir al comedor. Al minuto ya subíamos y con todo la sala para nosotros, nos sentamos. EL camarero nos facilita las cartas y olvidándose de nosotros, trascurre el tiempo y comienzan los nervios, por sentirnos como abandonados. Él seguía montando las mesas y nosotros ya teníamos decido que comer y alguna duda que consultar.
Por fin, hacemos nuestro pedido y me decanto por un revuelto de trigueros y gambas, para seguir con un rabo de Buey.
La comida francamente buena, bien servida, cocinada y condimentada. Bien presentada y en su punto. El comedor, coqueto y acogedor da fe que el tipo de público que acude, es pudiente. No solo porque nos disponen de menú del día, sino porque los precios, sin discutir que lo valgan o no, son para pensar dos veces la elección.
El servicio, fue justito y con el tiempo fue mejorando. Despistado al principio y gentil al final.
Experiencias como la de hoy, me reafirman que a los restaurantes no solo se va a comer, sino a estar a gusto y sentirte atendido. En el Víctor Montes, primero estuvimos incómodos y no muy bien atendidos, para según trascurría el tiempo, estar más pendiente de nosotros que de montar el comedor.
Es un buen sitio, y no para todos los bolsillos, ya que la cuenta, sin pedir vino y un solo postre no salió por casi 90€
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FACHADA VICTOR MONTES
VICTOR MONTES …o no solo es comer bien…
Todo empezó mal, porque a pesar de reservar con tiempo para comer a las 13:30h. al llegar, nos pidieron que esperáramos, ya que los cocineros estaban comiendo.
Pedimos un Txakoli y pasados quince minutos preguntamos si podemos subir al comedor. Al minuto ya subíamos y con todo la sala para nosotros, nos sentamos. EL camarero nos facilita las cartas y olvidándose de nosotros, trascurre el tiempo y comienzan los nervios, por sentirnos como abandonados. Él seguía montando las mesas y nosotros ya teníamos decido que comer y alguna duda que consultar.
Por fin, hacemos nuestro pedido y me decanto por un revuelto de trigueros y gambas, para seguir con un rabo de Buey.
La comida francamente buena, bien servida, cocinada y condimentada. Bien presentada y en su punto. El comedor, coqueto y acogedor da fe que el tipo de público que acude, es pudiente. No solo porque nos disponen de menú del día, sino porque los precios, sin discutir que lo valgan o no, son para pensar dos veces la elección.
El servicio, fue justito y con el tiempo fue mejorando. Despistado al principio y gentil al final.
Experiencias como la de hoy, me reafirman que a los restaurantes no solo se va a comer, sino a estar a gusto y sentirte atendido. En el Víctor Montes, primero estuvimos incómodos y no muy bien atendidos, para según trascurría el tiempo, estar más pendiente de nosotros que de montar el comedor.
Es un buen sitio, y no para todos los bolsillos, ya que la cuenta, sin pedir vino y un solo postre no salió por casi 90€
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Todo empezó mal, porque a pesar de reservar con tiempo para comer a las 13:30h. al llegar, nos pidieron que esperáramos, ya que los cocineros estaban comiendo.
Pedimos un Txakoli y pasados quince minutos preguntamos si podemos subir al comedor. Al minuto ya subíamos y con todo la sala para nosotros, nos sentamos. EL camarero nos facilita las cartas y olvidándose de nosotros, trascurre el tiempo y comienzan los nervios, por sentirnos como abandonados. Él seguía montando las mesas y nosotros ya teníamos decido que comer y alguna duda que consultar.
Por fin, hacemos nuestro pedido y me decanto por un revuelto de trigueros y gambas, para seguir con un rabo de Buey.
La comida francamente buena, bien servida, cocinada y condimentada. Bien presentada y en su punto. El comedor, coqueto y acogedor da fe que el tipo de público que acude, es pudiente. No solo porque nos disponen de menú del día, sino porque los precios, sin discutir que lo valgan o no, son para pensar dos veces la elección.
El servicio, fue justito y con el tiempo fue mejorando. Despistado al principio y gentil al final.
Experiencias como la de hoy, me reafirman que a los restaurantes no solo se va a comer, sino a estar a gusto y sentirte atendido. En el Víctor Montes, primero estuvimos incómodos y no muy bien atendidos, para según trascurría el tiempo, estar más pendiente de nosotros que de montar el comedor.
Es un buen sitio, y no para todos los bolsillos, ya que la cuenta, sin pedir vino y un solo postre no salió por casi 90€
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lunes, 13 de junio de 2011
Menu Dia Hotel Barcelo Nervion
No he perdido la costumbre de recorrer los diferentes lugar donde se puede comer en Bilbao y el Viernes acudí ante el reclamo de 10€ al Hotel Barcelo del Campo Volantin.
Enseguida se da uno cuenta cuando lo mas importante para un local, es lo primero.
Serian las tres de la tarde, y quizás la hora, fue la causa por la que el camarero decidió primero recoger alguna de las mesas que habían atendido y cuando finalizo su cometido, sentarme.
Tuve la sensación de que había prisa por recoger y prisa por servir, así que contagiado por la celeridad pedí un Arroz con Verduras, y un Pescado Orly. La paella correcta, sin mas y el pescado con exceso de rebozado, de postre una manzana, que fue lo que me supo mas rico.
El sitio, esta muy bien, es amplio y tiene capacidad para muchos comensales, es mas, dispone de una zona interior de Buffet libre por 15€ que otro día probare.
Pero dejare que pase un tiempo, por que ademas de ir a comer, cuando acudo a los restaurante, pretendo estar comodo, a gusto. Y allí, no tuve esa sensación
Esta es solo una opinión, subjetiva y me sabe mal, salir de un sitio con una pequeña decepción, por eso cuando escribo y consciente de la gente que sigue el blog, incito a que acudáis para comprobar en vuestras propias carnes, la sensación de lo que cuento.
LO MEJOR
El sitio, la ubicación, junto al ayuntamiento de Bilbao y la ria
LO PEOR
Cocina justita, servicio mas pendiente de acabar que servir.
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Enseguida se da uno cuenta cuando lo mas importante para un local, es lo primero.
Serian las tres de la tarde, y quizás la hora, fue la causa por la que el camarero decidió primero recoger alguna de las mesas que habían atendido y cuando finalizo su cometido, sentarme.
Tuve la sensación de que había prisa por recoger y prisa por servir, así que contagiado por la celeridad pedí un Arroz con Verduras, y un Pescado Orly. La paella correcta, sin mas y el pescado con exceso de rebozado, de postre una manzana, que fue lo que me supo mas rico.
El sitio, esta muy bien, es amplio y tiene capacidad para muchos comensales, es mas, dispone de una zona interior de Buffet libre por 15€ que otro día probare.
Pero dejare que pase un tiempo, por que ademas de ir a comer, cuando acudo a los restaurante, pretendo estar comodo, a gusto. Y allí, no tuve esa sensación
Esta es solo una opinión, subjetiva y me sabe mal, salir de un sitio con una pequeña decepción, por eso cuando escribo y consciente de la gente que sigue el blog, incito a que acudáis para comprobar en vuestras propias carnes, la sensación de lo que cuento.
LO MEJOR
El sitio, la ubicación, junto al ayuntamiento de Bilbao y la ria
LO PEOR
Cocina justita, servicio mas pendiente de acabar que servir.
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Terraza del Yandiola
La fama del Yandiola, no la vamos a descubrir, pero la Terraza del Yandiola, es algo que por muy vistoso que este, no conoce tanta gente.
Situada en el tercer piso de la Albóndiga y pudiendo acceder desde el ascensor que esta junto a la cafetería de la entrada, podemos descubrir un soberbio lugar con un ambiente estupendo y aunque no disponen de cafetera se puede disfrutar de aquello que nos apetezca, ya que el sitio y sobre todo un rincón que no pude fotografiar por esta ocupando con clientes ( algún día grabaremos un corto allí )
Muy recomendable para disfrutar con buen tiempo y sin prisas.
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Situada en el tercer piso de la Albóndiga y pudiendo acceder desde el ascensor que esta junto a la cafetería de la entrada, podemos descubrir un soberbio lugar con un ambiente estupendo y aunque no disponen de cafetera se puede disfrutar de aquello que nos apetezca, ya que el sitio y sobre todo un rincón que no pude fotografiar por esta ocupando con clientes ( algún día grabaremos un corto allí )
Muy recomendable para disfrutar con buen tiempo y sin prisas.
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Una ronda en El Serantes de Pozas
El Serantes es uno de los restaurantes mas populares de Bilbao, sobre todo conocido por el Marisco, pero hasta allí no nos llevo ninguna de las dos cosas...solo una ronda de Txakoli con una caña.
Nada mas entras y al mas puro estilo madrileño, nos dieron las ¡Buenas Noches Señores! ¿Que desean? Y esa sensación de invisible que en muchos....si, si, si muchos locales de hostelería en Bilbao tienes cuando entras, aquí, NO. Te ven, te saludan, te atiende y quizás, no lo se por que no soy habitual, como repitas dos veces hasta te ponen lo que consumes, casi sin preguntar.
Estuvimos apenas unos minutos, pero en esa interminable barra, plagada de marisco y buenas viandas nos hicieron sentir a gusto... y si encima el Txakoli estaba a buena temperatura, pues mejor que mejor.... Recomendable.
Www.jabiercalle.com
Nada mas entras y al mas puro estilo madrileño, nos dieron las ¡Buenas Noches Señores! ¿Que desean? Y esa sensación de invisible que en muchos....si, si, si muchos locales de hostelería en Bilbao tienes cuando entras, aquí, NO. Te ven, te saludan, te atiende y quizás, no lo se por que no soy habitual, como repitas dos veces hasta te ponen lo que consumes, casi sin preguntar.
Estuvimos apenas unos minutos, pero en esa interminable barra, plagada de marisco y buenas viandas nos hicieron sentir a gusto... y si encima el Txakoli estaba a buena temperatura, pues mejor que mejor.... Recomendable.
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jueves, 9 de junio de 2011
Cafe Hotel Ercilla 3,50€
El Ercilla o un Ferrari vacio….
Ayer me hacer que hasta el hotel Ercilla para en la tranquilidad de la sobremesa, disfrutar de un café… y así lo hice. Eran las tres y media y de lo tranquilo que estaba el sitio, solo estábamos el camarero y yo. Eché de menos, antaño cuando acudías a los cafés y si la cosa nos estaba animada, cualquier excusa era buena, para que el camarero entablara conversación con el cliente.
Ayer no fue así, una vez servido, el camarero se “escondió” en sus labores y lo desértico del fabuloso salón que compone la estupenda cafetería del Ercilla, parecía triste y lo triste muchas veces parece pobre y me recordó esos veranos que trabaje en Laredo cuando poco a poco se iba deshabitando y cerrando persianas y puertas. Es una imagen muy triste, cuando en la retina te viene los recuerdos de la algarabía y la fiesta. Eso me paso en la cafetería del Ercilla.
Me tome un café, me cobraron tres cincuenta y me sentí como un rico que va en su Ferrari pero va solo y sin que nadie le acompañe.
El café estaba rico, bien servido, en buena vajilla y con esmero, pero…viajaba solo en un Ferrari, y encima por una carretera donde tampoco había gente.
¿será la crisis? ¿Pero cuál de todas? ¿La económica, la intelectual…? Muy bueno el café, y muy bueno el sitio, no duele pagar lo que te cobran…
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Ayer me hacer que hasta el hotel Ercilla para en la tranquilidad de la sobremesa, disfrutar de un café… y así lo hice. Eran las tres y media y de lo tranquilo que estaba el sitio, solo estábamos el camarero y yo. Eché de menos, antaño cuando acudías a los cafés y si la cosa nos estaba animada, cualquier excusa era buena, para que el camarero entablara conversación con el cliente.
Ayer no fue así, una vez servido, el camarero se “escondió” en sus labores y lo desértico del fabuloso salón que compone la estupenda cafetería del Ercilla, parecía triste y lo triste muchas veces parece pobre y me recordó esos veranos que trabaje en Laredo cuando poco a poco se iba deshabitando y cerrando persianas y puertas. Es una imagen muy triste, cuando en la retina te viene los recuerdos de la algarabía y la fiesta. Eso me paso en la cafetería del Ercilla.
Me tome un café, me cobraron tres cincuenta y me sentí como un rico que va en su Ferrari pero va solo y sin que nadie le acompañe.
El café estaba rico, bien servido, en buena vajilla y con esmero, pero…viajaba solo en un Ferrari, y encima por una carretera donde tampoco había gente.
¿será la crisis? ¿Pero cuál de todas? ¿La económica, la intelectual…? Muy bueno el café, y muy bueno el sitio, no duele pagar lo que te cobran…
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Sanwich de Pollo
Panko y la hostelería…
Llevo vinculado a la hostelería desde que tenía 14 años cuando para sacarme unos duros en verano comencé de pinche en el Wlecome de El Carmelo en Bilbao. Allí con Felipe, aprendí a trabajar catorce horas diarias, a sacar brillo a los dorados, y a montar los cafés Irlandeses que eran la especialidad de la casa.
Luego más inquieto y con Gorka y Saso cogimos el Gayarre. Teníamos apenas 16 años y en esta ocasión con Michel y su mujer, levantamos un negocio que se puso muy de moda por la música que traía de la radio y pinchábamos en plena ebullición del Casco Viejo tras la fatídicas inundaciones de 83 que nos pillaron con el agua hasta las rodillas y lágrimas por la cara.
No soy hostelero a pesar de formar parte de una sociedad que gestiona el Restaurante Larruzz de Bilbao, pero creo que la hostelería en esta país es un elemento sociabilizador, de tal potencial que vivo la hostelería como los boticarios de antaño, cuando abrían su rebotica para la tertulia y la conversación.
Esta afición me hace comer fuera de casa, por placer y no por obligación y así cada semana acudo alguno de los locales que por alguna razón llaman mi atención.
En esta ocasión y aconsejado por Isabel, no acercamos hasta el Panko, que hace cuarenta y cinco días acaban de inaugurar.
La carta aunque nos la explicaron bien, es un poco confusa y siempre hay un plato acompañado por un tipo de pan. Aconsejados por la persona que hacia la veces de jefe de sala, al gazpacho de fresas como aperitivo le siguió uno redonditos de Pollo con una salsa de tomate que tenían buen sabor, luego un sándwich también con pollo y un postre que me recordó alguno del Bascook, no en vano tengo entendido que Aitor Elizegi tiene mano y parte en el negocio. Todo nos salió por algo más de 50€
El local está bien, me gusta más de cómo también Aitor tenía el Sua. Esta bonito y de lo que más destacaría es la actitud de personal en dar servicio. Quizás me equivoque, pero me pareció una comida joven y unos precios algo mas bisoños por lo que puede haber un pequeño conflicto que con la que está cayendo ahora, no se lo deseo a nadie.
También tienen tienda donde podemos comprar el pan que hacen… Panko es un sitio diferente, donde algunos iremos de vez en cuando.
LO MEJOR
La ubicación, C/ Marques del Puerto.
La oferta que disponen, por su diferencia a lo que hay.
El personal, sin duda, muy dispuesto a servir y complacer.
LO PEOR
Su compleja carta que requiere la orientación del personal (Esto también puede ser virtud)
No disponen de página web o no está bien indexada.
www.jabiercalle.com
Llevo vinculado a la hostelería desde que tenía 14 años cuando para sacarme unos duros en verano comencé de pinche en el Wlecome de El Carmelo en Bilbao. Allí con Felipe, aprendí a trabajar catorce horas diarias, a sacar brillo a los dorados, y a montar los cafés Irlandeses que eran la especialidad de la casa.
Luego más inquieto y con Gorka y Saso cogimos el Gayarre. Teníamos apenas 16 años y en esta ocasión con Michel y su mujer, levantamos un negocio que se puso muy de moda por la música que traía de la radio y pinchábamos en plena ebullición del Casco Viejo tras la fatídicas inundaciones de 83 que nos pillaron con el agua hasta las rodillas y lágrimas por la cara.
No soy hostelero a pesar de formar parte de una sociedad que gestiona el Restaurante Larruzz de Bilbao, pero creo que la hostelería en esta país es un elemento sociabilizador, de tal potencial que vivo la hostelería como los boticarios de antaño, cuando abrían su rebotica para la tertulia y la conversación.
Esta afición me hace comer fuera de casa, por placer y no por obligación y así cada semana acudo alguno de los locales que por alguna razón llaman mi atención.
En esta ocasión y aconsejado por Isabel, no acercamos hasta el Panko, que hace cuarenta y cinco días acaban de inaugurar.
La carta aunque nos la explicaron bien, es un poco confusa y siempre hay un plato acompañado por un tipo de pan. Aconsejados por la persona que hacia la veces de jefe de sala, al gazpacho de fresas como aperitivo le siguió uno redonditos de Pollo con una salsa de tomate que tenían buen sabor, luego un sándwich también con pollo y un postre que me recordó alguno del Bascook, no en vano tengo entendido que Aitor Elizegi tiene mano y parte en el negocio. Todo nos salió por algo más de 50€
El local está bien, me gusta más de cómo también Aitor tenía el Sua. Esta bonito y de lo que más destacaría es la actitud de personal en dar servicio. Quizás me equivoque, pero me pareció una comida joven y unos precios algo mas bisoños por lo que puede haber un pequeño conflicto que con la que está cayendo ahora, no se lo deseo a nadie.
También tienen tienda donde podemos comprar el pan que hacen… Panko es un sitio diferente, donde algunos iremos de vez en cuando.
LO MEJOR
La ubicación, C/ Marques del Puerto.
La oferta que disponen, por su diferencia a lo que hay.
El personal, sin duda, muy dispuesto a servir y complacer.
LO PEOR
Su compleja carta que requiere la orientación del personal (Esto también puede ser virtud)
No disponen de página web o no está bien indexada.
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