lunes, 28 de marzo de 2011
Vistas RESTAURANTE GARDOKI
EL Gardoki de Sopelana un placer para la vista y el gusto.
Me costo, pero por fin lo conseguí, comer en el Restaurante Gardoki. www.restaurantegardoki.com Itziar Montejo me había hablado muy bien de él y en ese afán curioso que no quiero perder nunca por descubrir sitios nuevos y originales, me acerque hasta Sopelana. Esta vez en coche, con GPS la familia, que al venir por Unbe la lleve un poco mareada.
Al llegar al lugar, me di cuenta que hace cuatro años había estado celebrando el cumpleaños de mi suegra. El lugar tiene mucho encanto, unas vistas espectaculares que permiten ver los montes que rodean Sopelana y el mar al fondo con su serenidad dominguera. El sol que de vez en cuando asomaba, iluminaba y daba mas esplendor a un paraje precio, bello, lindo que diría el camarero pibe, con acento argentino.
El local con dos plantas; una superior donde se encuentra un diáfano y amplio comedor para mas de cincuenta personas y en la parte de abajo un bar terraza que pose un pequeño escenario, suponemos que para actuaciones y otros menesteres.
Nosotros habíamos ido a comer y comimos. Un pate de comienzo, con unas tostas conseguidas, seguido de una ensalada de salmon luego unos langostinos a la plancha, un revuelto de hongos y como segundo fuertes…Merluza a la plancha y Solomillo. Todo muy bien presentado, bien servido, bien atendido y con una armonía en el ambiente que te hacían sentir muy cómodo.
La terraza y sus ventanales permiten que las criaturas se despendolen con la tranquilidad que están, "bajo control"
Me sorprendió que estuviera medio vacio, ya que en jornadas anteriores intente hacer reserva y me respondieron que NO, tenemos todo ocupado.
La experiencia fue grata y agradable, el precio muy razonable; treinta y ocho euros por persona, que se enfrentan con los veinticinco que cobran por el menú infantil, menos logrado y con un solomillo, tres croquetas y unas patatas fritas.
El sitio merece la pena, y si no fuera por que al terminar comenzó arrugarse el día, la terraza y los columpios de abajo hubieran sido el sitio perfecto para prolongar la tarde.
LO MEJOR
La ubicación, el paraje. El comedor, su cocina y elaboración de producto. El servicio pendiente del comensal. Dispone de un buen parking.
LO PEOR
La desproporción entre los precios de los Menús Degustación y Menús Infantiles.
www.jabiercalle.com
sábado, 26 de marzo de 2011
Comedor Restaurante COLAVIDAS, Bilbao
COLAVIDAS o la paciencia de guarnición.
Silvino Colavidas abrió el restaurante con este nombre en el año 60 y hoy un tío y su sobrino han cogido las riendas desde Agosto del 2010. Tarek y Xabi son los nombres de las personas que durante diez años guiaran las riendas del nuevo Colavidas, que con muchas ganas abordan el proyecto.
Elegimos Colavidas , por que habían sido los rivales designados en el torneo de Mus que todos los años organiza El Correo y quería saber como seria el campo de juego, en la partido de vuelta. Lo conocía de otras veces, pero con otros nombre y no note mucho el cambio. Un local amplio, con dos entradas y una decoración clásica prometían mucho. Mas todavía cuando al sentarme observo un artilugio que con varios botones servía de reclamo para avisar al camarero, pedir la cuento y no se que mas.
No me dieron opción a carta y un menú de tres entrantes y tres segundos por 13€ me pareció correcto. Pero a medida que iba trascurriendo el tiempo y no pasaba nada, me iba impacientando. El camarero sonriente y amable trataba de devolver todos los envites que media docena de mesas le asestaban pero la grandeza del comedor y su forma de abordar el envite, le hacían fracasar continuamente, con una mesa, se equivocan el en café, con la otra se le caían los cubiertos, con otra se despistaba en el pan y cuando me toco a mi, debió saber que estoy con dieta, por que una raquítica rodaja de pan, deposito en mi mesa que con gusto y ganas fui reservando. Aquí estuvo vivo el camarero y se debió dar cuenta de mi pensamiento interno, por que al poco acudió con la panera y deposito otro trocito de pan. Con muchas explicaciones y pocas acciones fue atajando la jornada y los platos. Por fin y casi a los veinticinco minutos de entrar; un rissoto de primero, que me gusto mucho. Tuvo que pasar casi otros veinticinco minutos para poder disfrutar de los Lirios, que aun estando correctos, la espera me hizo que los devorará y no paladeara. Por que una cosa es comer y otra engullir. Pero no pude evitarlo. Iban sucediendo cosas en el comedor y me di cuenta que las personas nos acostumbramos a lo que nos echen…en el comedor se percibía cierta indignación por los tiempos de espera y los despistes del único camarero que se esmeraba en agradar, pero no en servir. Por fin y en el tercer apagón de luz que tuvo el comedor llego el postre; otra escasa ración de Pudding de Piña que con las prisas, no pude saber si era de piña, coco o caramelo.
Pague y me marche con la sensación rara de haber comido bien, pero haber comido mal…no se volveré, por que en el fondo quise apreciar que había muchas ganas, pero poco método. En fin, la próxima vez que vuelva, lo contare…
LO MEJOR
El sitio, la ubicación. Algunos de sus platos.
LO PEOR
La organización
www.jabiercalle.com
Silvino Colavidas abrió el restaurante con este nombre en el año 60 y hoy un tío y su sobrino han cogido las riendas desde Agosto del 2010. Tarek y Xabi son los nombres de las personas que durante diez años guiaran las riendas del nuevo Colavidas, que con muchas ganas abordan el proyecto.
Elegimos Colavidas , por que habían sido los rivales designados en el torneo de Mus que todos los años organiza El Correo y quería saber como seria el campo de juego, en la partido de vuelta. Lo conocía de otras veces, pero con otros nombre y no note mucho el cambio. Un local amplio, con dos entradas y una decoración clásica prometían mucho. Mas todavía cuando al sentarme observo un artilugio que con varios botones servía de reclamo para avisar al camarero, pedir la cuento y no se que mas.
No me dieron opción a carta y un menú de tres entrantes y tres segundos por 13€ me pareció correcto. Pero a medida que iba trascurriendo el tiempo y no pasaba nada, me iba impacientando. El camarero sonriente y amable trataba de devolver todos los envites que media docena de mesas le asestaban pero la grandeza del comedor y su forma de abordar el envite, le hacían fracasar continuamente, con una mesa, se equivocan el en café, con la otra se le caían los cubiertos, con otra se despistaba en el pan y cuando me toco a mi, debió saber que estoy con dieta, por que una raquítica rodaja de pan, deposito en mi mesa que con gusto y ganas fui reservando. Aquí estuvo vivo el camarero y se debió dar cuenta de mi pensamiento interno, por que al poco acudió con la panera y deposito otro trocito de pan. Con muchas explicaciones y pocas acciones fue atajando la jornada y los platos. Por fin y casi a los veinticinco minutos de entrar; un rissoto de primero, que me gusto mucho. Tuvo que pasar casi otros veinticinco minutos para poder disfrutar de los Lirios, que aun estando correctos, la espera me hizo que los devorará y no paladeara. Por que una cosa es comer y otra engullir. Pero no pude evitarlo. Iban sucediendo cosas en el comedor y me di cuenta que las personas nos acostumbramos a lo que nos echen…en el comedor se percibía cierta indignación por los tiempos de espera y los despistes del único camarero que se esmeraba en agradar, pero no en servir. Por fin y en el tercer apagón de luz que tuvo el comedor llego el postre; otra escasa ración de Pudding de Piña que con las prisas, no pude saber si era de piña, coco o caramelo.
Pague y me marche con la sensación rara de haber comido bien, pero haber comido mal…no se volveré, por que en el fondo quise apreciar que había muchas ganas, pero poco método. En fin, la próxima vez que vuelva, lo contare…
LO MEJOR
El sitio, la ubicación. Algunos de sus platos.
LO PEOR
La organización
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Pastel de Queso Restaurante ABAROA Bilbao
ABAROA VOLANTIN pequeño por fuera y grande por dentro.
Abaroa, www.abaroa.net son muchos restaurantes, aunque esta vez, nos decidimos por el que se encuentra en el Campo Volantín 13 junto al Ayuntamiento de Bilbao. Con una entrada estrecha pero llamativa por su amarillo intenso, da paso a un local decorado con paneles tintado que filtran dulcifican la fría luz de las fluorescentes.
El trato es correcto, aunque siempre es de agradecer que te reciban con una sonrisa, otra vez será.
La mesa, bien decorada y con un porta menús que nos ofrece dos opciones; un menú del día y otro ejecutivo, ofertan una cocina tradicional y tradicional es la ensalada, la patatas en salsa verde o una crema de verduras… pero como hacia calorcito, opte por una ensalada que como siempre suelo ocurrir, la pida donde la pida, me parecen excesivos los trozos de lechuga en tamaño. Hace muchos años, tuve un profesor de cocina cuando regentamos el Gayarre en el Casco Viejo Bilbaíno y aunque el impartía postres en la escuela de Hostelería, nos enseño muchas cosas; una de ellas, que los trozos de los alimentos, no deben ser mas grandes que el tamaños de la boca. Por eso cuando me encuentro con trozos interminables de ensalada, aunque perfectamente pueda cortarlos, es un indicador que en la cocina, algo no han hecho bien. Pero sin mas, los corte y la ensalada esta rica. Luego el hambre apretaba y la anchoas al ajillo que elegí, no esperaron a que hiciera la foto y el sabor con regustillo que dejaron fue mas que notable. Una comida, correcta, bien presentada, bien servida y en un lugar bonito. Los tiempos de entrega fueron los justos y al pagar no tuvimos que esperar, lo que en otros sitios, es la gota que derrama el vaso.
Es un lugar acogedor y agradable, que puede ser bien recomendado.
LO MEJOR
La ubicación, el producto que ofrecen y cocinan. Comedor acogedor y baños limpios.
LO PEOR
No disponen de carta o no la ofrecen.
El postre,el pastel de queso, demasiado industrial.
www.jabiercalle.com
Abaroa, www.abaroa.net son muchos restaurantes, aunque esta vez, nos decidimos por el que se encuentra en el Campo Volantín 13 junto al Ayuntamiento de Bilbao. Con una entrada estrecha pero llamativa por su amarillo intenso, da paso a un local decorado con paneles tintado que filtran dulcifican la fría luz de las fluorescentes.
El trato es correcto, aunque siempre es de agradecer que te reciban con una sonrisa, otra vez será.
La mesa, bien decorada y con un porta menús que nos ofrece dos opciones; un menú del día y otro ejecutivo, ofertan una cocina tradicional y tradicional es la ensalada, la patatas en salsa verde o una crema de verduras… pero como hacia calorcito, opte por una ensalada que como siempre suelo ocurrir, la pida donde la pida, me parecen excesivos los trozos de lechuga en tamaño. Hace muchos años, tuve un profesor de cocina cuando regentamos el Gayarre en el Casco Viejo Bilbaíno y aunque el impartía postres en la escuela de Hostelería, nos enseño muchas cosas; una de ellas, que los trozos de los alimentos, no deben ser mas grandes que el tamaños de la boca. Por eso cuando me encuentro con trozos interminables de ensalada, aunque perfectamente pueda cortarlos, es un indicador que en la cocina, algo no han hecho bien. Pero sin mas, los corte y la ensalada esta rica. Luego el hambre apretaba y la anchoas al ajillo que elegí, no esperaron a que hiciera la foto y el sabor con regustillo que dejaron fue mas que notable. Una comida, correcta, bien presentada, bien servida y en un lugar bonito. Los tiempos de entrega fueron los justos y al pagar no tuvimos que esperar, lo que en otros sitios, es la gota que derrama el vaso.
Es un lugar acogedor y agradable, que puede ser bien recomendado.
LO MEJOR
La ubicación, el producto que ofrecen y cocinan. Comedor acogedor y baños limpios.
LO PEOR
No disponen de carta o no la ofrecen.
El postre,el pastel de queso, demasiado industrial.
www.jabiercalle.com
jueves, 24 de marzo de 2011
Comida para adultos....
Para Adultas Contemporáneas seudo-intelecto-neuro-hipocondríacas...
Es decir: nosotras...
Dicen que todos los días tenemos que comer una manzana por el hierro
y un plátano, por el potasio. También una naranja, para la vitamina C ,
medio melón para mejorar la digestión y una taza de té verde sin
azúcar, para prevenir la diabetes..
Todos los días hay que tomar dos litros de agua (sí, y luego mearlos,
que lleva como el doble del tiempo que llevó tomárselos)..
Todos los días hay que tomarse un Activia o un Yogurt para tener 'L.
Cassei Defensis', que nadie sabe qué mierda es, pero parece que si no
te tomas un millón y medio todos los días, empiezas a ver a la gente
como borrosa.
Cada día una aspirina, para prevenir los infartos, más un vaso de vino
tinto, para lo mismo. Y otro de blanco, para el sistema nervioso. Y
uno de cerveza, que ya no me acuerdo para qué era. Si te lo tomas todo
junto, por más que te dé un derrame ahí mismo, no te preocupes pues
probablemente ni te enteres.
Todos los días hay que comer fibra. Mucha, muchísima fibra, hasta que
logres defecar un sueter. Hay que hacer entre cuatro y seis comidas
diarias, livianas, sin olvidarte de masticar cien veces cada bocado.
Haciendo un pequeño cálculo, sólo en comer se te van como cinco
horitas.
Ah, después de cada comida hay que lavarse los dientes, o sea:
después del Activia y la fibra los dientes, después de la manzana los
dientes, después del plátano los dientes... y así mientras tengas
dientes, sin olvidar pasarte el hilo dental, masajeador de encías,
buches,enjuagues...
Mejor amplía el baño y mete el equipo de música, porque entre el agua,
la fibra y los dientes, te vas a pasar varias horas por día ahí.
Hay que dormir ocho horas y trabajar otras ocho, más las cinco que
empleamos en comer, veintiuno. Te quedan tres, siempre que no tengas algun
algún
imprevisto. Según las estadísticas, vemos tres horas
diarias de televisión. Bueno, ya no puedes porque todos los días hay
que caminar por lo menos media hora (por experiencia a los 15
minutos regresa, si no la media hora se te hace una).
Y hay que cuidar las amistades porque son como una planta: hay que
regarlas a diario. Y cuando te vas de vacaciones también, supongo.
Además, hay que estar bien informado, así que hay que leer por lo
menos dos periódicos y algún artículo de revista, para contrastar la
información.
¡Ah!, hay que tener sexo todos los días, pero sin caer en
la rutina: hay que ser innovador, creativo, renovar la seducción. Eso
lleva su tiempo. ¡Y ni qué hablar si es sexo tántrico!! (al respecto
te recuerdo: después de cada comida hay que cepillarse los dientes!).
También hay que buscar tiempo para barrer, lavar la ropa, los platos, y
no te digo si tienes perro u otra mascota.... ¿hijos?!
En fin, a mí la cuenta me da unas 29 horas diarias.. La única
posibilidad que se me ocurre es hacer varias de estas cosas a la vez,
por ejemplo: Te duchas con agua fría y con la boca abierta así te
tragas los 2 litros de agua.
Mientras sales del baño con el cepillo de dientes en la boca le vas
haciendo el amor (tántrico) a tu pareja, que de paso mira la TV
y te cuenta, mientras barres. ¿Te quedó una mano libre? Llama a tus
amigos.. ¡Y a tus padres!! Tómate el vino (después de llamar a tus
padres te va a hacer falta). El melon con la manzana te lo puede dar
tu pareja mientras se come el plátano con el Activia, y mañana
cambian. Y menos mal que ya crecimos, porque si no nos tendríamos que
tomarnos un Danonino Extra Calcio todos los días.
¡Úuuuf! Pero si te quedan 2 minutos, reenvíale esto a los amigos (que
hay que regar como las plantas) mientras tomas todo lo que falta y que te
sentará muy bien... Y ahora te dejo porque entre el yogur, el
medio melón, la cerveza, el primer litro de agua y la tercera comida
con fibra del día, ya no sé qué estoy haciendo pero necesito un baño
urgente. Ah, voy a aprovechar y me llevo el cepillo de dientes...
sábado, 19 de marzo de 2011
Mejillones en restaurante Anton de Artxanda Bilbao
Restaurante Anton o el trato de Usted
Supongo que me estaré haciendo mayor y aunque en esta frase poco original que tanto repetimos los que nuestro digito empieza por cuatro, es una afirmación de quien le gusta cumplir años y disfrutar del día a día.
Así fue la otra jornada cuando acudimos con toda la familia, al restaurante Anton en Artxanda, Bilbao. www.restauranteanton.com En todo el meollo del pulmón de Bilbao y tras la subida en el Funicular en apenas algo más de un minuto. El restaurante Anton, con un amplísimo comedor interior y otro exterior bien cobijado por unos amplios parasoles, es un magnifico sitio para disfrutar de la comida. Y no solo por lo bien presentada y elaborada que la ofrecen, sino por como la ofrecen. Bien es cierto que su plantilla, el más joven ( de los que vi) pasa con mucho de los cincuenta y el trato educado, correcto, cortes, amable, pero sobre todo servicial y eficaz que brindan, te hace sentir muy bien. El trato de usted es continuo y aunque les autorices al tuteo, no hay manera, lo tienen tan incrustado en el día a día que se les ve claramente la intención y atención por que salgas del restaurante satisfecho. Si os dais cuenta, hablo poco de la comida, por que aun siendo deliciosa y aparentemente fue una sencilla merluza con ensalada, unos mejillones de escándalo y un flan. Todo muy rico, rico, rico, rico que diría Karlos, lo que más me llamo la intención fue algo que cada vez echo más en falta en el sector hostelero, que es el servicio por parte del personal. El mejor restaurante del mundo, con la mejor comida del mundo, no conseguirá que sus clientes repitan, si el personal que les atiende no esta a la altura y ofrece al asiduo, al usuario parroquiano que consume un trato y servicio…. Que den “servicio” Quizás todos culpables y yo el primero, en un exceso de orgullo, no somos capaces de servir a los demás.
LO MEJOR
La ubicación, el personal, la cocina, los productos y el ambiente que trasmiten a los que allí acuden.
LO PEOR
No se me ocurre… aunque quizás otros lo vean.
www.jabiercalle.com
Cargada por LaVisitaComunicacion
Supongo que me estaré haciendo mayor y aunque en esta frase poco original que tanto repetimos los que nuestro digito empieza por cuatro, es una afirmación de quien le gusta cumplir años y disfrutar del día a día.
Así fue la otra jornada cuando acudimos con toda la familia, al restaurante Anton en Artxanda, Bilbao. www.restauranteanton.com En todo el meollo del pulmón de Bilbao y tras la subida en el Funicular en apenas algo más de un minuto. El restaurante Anton, con un amplísimo comedor interior y otro exterior bien cobijado por unos amplios parasoles, es un magnifico sitio para disfrutar de la comida. Y no solo por lo bien presentada y elaborada que la ofrecen, sino por como la ofrecen. Bien es cierto que su plantilla, el más joven ( de los que vi) pasa con mucho de los cincuenta y el trato educado, correcto, cortes, amable, pero sobre todo servicial y eficaz que brindan, te hace sentir muy bien. El trato de usted es continuo y aunque les autorices al tuteo, no hay manera, lo tienen tan incrustado en el día a día que se les ve claramente la intención y atención por que salgas del restaurante satisfecho. Si os dais cuenta, hablo poco de la comida, por que aun siendo deliciosa y aparentemente fue una sencilla merluza con ensalada, unos mejillones de escándalo y un flan. Todo muy rico, rico, rico, rico que diría Karlos, lo que más me llamo la intención fue algo que cada vez echo más en falta en el sector hostelero, que es el servicio por parte del personal. El mejor restaurante del mundo, con la mejor comida del mundo, no conseguirá que sus clientes repitan, si el personal que les atiende no esta a la altura y ofrece al asiduo, al usuario parroquiano que consume un trato y servicio…. Que den “servicio” Quizás todos culpables y yo el primero, en un exceso de orgullo, no somos capaces de servir a los demás.
LO MEJOR
La ubicación, el personal, la cocina, los productos y el ambiente que trasmiten a los que allí acuden.
LO PEOR
No se me ocurre… aunque quizás otros lo vean.
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jueves, 17 de marzo de 2011
viernes, 4 de marzo de 2011
Caldito en el Merendero del Vivero o El ingrediente que todos tenemos y pocos usan.
Caldito en el Merendero del Vivero o El ingrediente que todos tenemos y pocos usan.,
orginalmente cargado por LaVisitaComunicacion.
Fue tal el gusto que nos metió en el cuerpo que conscientes del recorrido que hacia al entrar en nuestro organismo, notábamos el regusto que iba dejando.
Que caldo mas rico, pero como casi siempre destaco…esta caldo tenia un ingrediente que no todo el mundo sabe poner… y ese, es el cariño, las ganas de agradar y servir. Procuro en casi todo lo que hago, primero creérmelo, y luego contagiarme del entusiasmo necesario para entusiasmar. Todo eso, no se puede sin el ingrediente, cariño no aparece. Algo que aunque no todo el mundo da, todo el mundo posee. Con Txema muchas veces desarrollamos la sencilla suma de: Si tu estas Bien , yo estoy Bien.
B + B = B si uno esta bien, y otro esta bien, la suma puede ser Bien.
B + M = Mahora, si tu estas bien y el otro esta mal, la suma SIEMPRE es MAL
Por eso de nada sirve que estés bien, si tu entorno esta mal…Todo nos sabe mas rico y sabroso, cuando el ingrediente del "cariño" se aplica en dosis a lo que hacemos y vivimos.
En el Merendero del Vivero, saben esta formula y cuando estuvimos nosotros la aplicaron con todos los que allí se acercaban. Y hasta ese chimenea con unos leños daba mas calor, con la conversación de quien atiende la barra ofrece a los presentes.
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Cobijo de Lechuga con Esencia de Arroz, ( invento ) restaurante Isidro de Derio
Cobijo de Lechuga con Esencia de Arroz, ( invento ) restaurante Isidro de Derio,
orginalmente cargado por LaVisitaComunicacion.
He bajado la cremallera del volumen de mi conciencia para escuchar bien… ¿Cuántas veces cuando vamos en el coche y buscamos una dirección, apagamos la radio? Pues a mi me paso lo mismo el otro día cuando fuimos a cenar al Restaurante San Isidro de Derio. Mungialde Etorbidea, 25 Derio, Bizkaia 48160 Quería concentrarme mucho en disfrutar de las viandas, que pese a mi dieta, podía deleitar. Baje pues el volumen de mi pesar y acompañado por Jorge, José Luis, Txema y Joao que desde Portugal había venido para difundir el trabajo de Villa Ramadas, www.villaramadas.com , nos sentamos anta una alargada y extensa mesa, que cual pasarela de moda, fue ron desfilando…primero una lechuga con sorpresa que albergaba un arroz con bonito, gustoso. Le siguió unas pencas envueltas en bacón con dos tipos de queso. Nos remataron con un colt de dos balas, una directa y certera en forma de verdel fresco de cantábrico con una crema de verduras, que paralizo la conversación de los presentes. El segundo disparo fue con munición de solomillo y rodaja de piña, que nos obligo alargar la mano, pidiendo ayuda. Pero el chef, al que mas tarde conoceríamos, debió vernos con vida por alguna rendija del comedor que decorado rústicamente y al mas estilo norteño con sus paredes de piedra, hacen de esta torre situada junto a la iglesia de Derio un fortín, donde nadie se va sin su merecido. Y por lo que se conoce, nos debíamos merecer mas, por que el muy canalla de cocinero, nos liquido con un surtido de postres que nos obligaron hacerle la ola, cuando reclamamos su presencia.
Esta claro que todo esto, solo es posible, cuando uno ama, su profesión y el apego que profesa por ella le hace recrease en cada cosa que se le pone entre manos. El susodicho pistolero, se llama Joseba y con cara redonda y llena de felicidad nos recibe tras la cena, que contra lo que pueda parecer fue fluida, bien servida y con una atención muy detallista. Bien es cierto que el restaurante no presentaba mucha afluencia, pero un grupo de ingleses, una pareja de morroscos devoraba un chuletón de los de mas de medio kilo, y algunos parroquianos mas ocupan los tres pisos que dispone el local. Que tanto en su exterior como interior, resulta un lugar bonito. Dispone además de terraza y un aparcamiento que facilita su asistencia.
Antes habíamos jugado una partidita , con José Luis que desde Madrid había venido, con el antojo de envidar en el País donde nació el mus.
La velada fue completa, como siempre no solo por la excelente comida, sino por la grata compañía que hacen que todo sepa mas rico. Gracia una vez mas a todos…gracias.
LO MEJOR
El cariño con el que nos trataron. La amabilidad de todo el personal y su cocinero.
El buen hacer de unos sencillos productos, convertirlos en delicatesen.
El precio…28€ por comensal que nos pareció un "regalo"
LO PEOR
Por poner algo…que esta en Derio. (aunque puede ser una ventaja)
No disponen de web
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miércoles, 2 de marzo de 2011
Se admiten sugerencias, debemos mejorar... o una cavilación en La Pizarra de Bilbao
Se admiten sugerencias, debemos mejorar... o una cavilación en La Pizarra de Bilbao,
orginalmente cargado por LaVisitaComunicacion.
Total que nos arrimamos hasta allí, es decir en Barrinkua Nº 6 y allí con ese nombre no había ningún restaurante. Había otro llamado Urban, pero que al tener comedor pequeño, estaban completos. Nos acercamos hasta el 12 de Juan de Ajurriaguerra, que así se llama el local, pero al no ver ningún indicador de restaurante, ni la carta en la puerta, rehusamos la intención Pues nada...¿que hacemos...? Y como teníamos referencias de La Pizarra unos números antes en la misma calle, hasta allí que fuimos.
El servicio correcto pero despistado y lento, nos ofreció un menú de solo dos entrantes y dos segundos. Optando por unos Espárragos en Vinagreta y una Lubineta de segundo. El producto estaba bien, pero el servicio lento y desorientado.
Creo que la gran asignatura de la hostelería esta, no solo en la buena elección del producto, y su elaboración, sino en la manera de ofrecer el mismo. Aquí casi todos, ( me incluyo ) como mucho alcanzamos el seis y medio o siete, pero llegar a lo que el cliente espera de nosotros....nos falta mucho. Tampoco se como se puede hacer, por que aunque las carencias y maneras de mejora, son fáciles de detectar. El ejemplo a seguir o la manera de dar un servicio bueno, es mas complicado.
El restaurante y su barra, me gustaron en su decoración y concepto. Su distribución y mobiliario con esos verdes pistacho, me pareció acertado y muy alegra, pero el resto me pareció solo correcto. Y creo que todos, debemos dar esa milla extra que el cliente espera. Sin caer en reverencias innecesarias...algo tenemos que hacer para que los bares, las cafeterías, los restaurantes, sean ese punto de encuentro y regocijo que siempre han sido por estos lares. Abro pues desde aquí, la puerta para todas aquellas sugerencias que puedan ayudarnos a todos a mejorar, en algo donde día a día compartimos.
La Pizarra, pues bien, sin mas.
LO MEJOR
Su decoración y distribución de espacios.
La ubicación
La relación calidad precio. 12,50€ Menú Día
LO PEOR
Falta de Jabón en los servicios y un poco descuidados.
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Gambas a la Plancha Restaurantes Karlos Bilbao
EL KARLOS de Santutxu, un restaurante donde se come bien.
Me encanta comer y quizás por eso se me pone una mirada tan perdida como la Inmaculada Concepción cuando me siento en la mesa y veo cualquier tipo de manjar. Me gusta todo y hoy t oca celebrar el cumpleaños de mi hermano y mi sobrino. El Restaurante Karlos en Iturribide 118 de Bilbao, es elegido por mi familia para festejar el evento y ante una mesa repleta de entremeses, vamos masticando la manduca, ingiriendo los espárragos, los ricos y grandes percebes, siguiendo con las gambas a la plancha, las almejas a la marinera y un bacalao al pil -pil que aunque algo salado, estaba gustoso y suculento.
El servicio, es muy familiar y efectivo. El trato es complaciente, benévolo y cortes. Además con las criaturas es muy sociable y cariños, pero no solo con las mías, sino con las de todo el local.
El local, no es bonito y quizás un poco sobre cargado en su decoración, pero todo esto pasa a un tercer plano, por que lo demás cubre esa carencia. El precio además no es desorbitado y accesible. Están especializados mariscos y pescados, pero las chuletillas que pusieron y no pude hincar el diente por mi dieta, estaba riquísimas según me cuentan. En fin… un buen sitio para comer, y celebrar encuentros familiares.
LO MEJOR
La comida, el servicio y el precio.
LO PEOR
La decoración y la ubicación.
www.jabiercalle.com
Me encanta comer y quizás por eso se me pone una mirada tan perdida como la Inmaculada Concepción cuando me siento en la mesa y veo cualquier tipo de manjar. Me gusta todo y hoy t oca celebrar el cumpleaños de mi hermano y mi sobrino. El Restaurante Karlos en Iturribide 118 de Bilbao, es elegido por mi familia para festejar el evento y ante una mesa repleta de entremeses, vamos masticando la manduca, ingiriendo los espárragos, los ricos y grandes percebes, siguiendo con las gambas a la plancha, las almejas a la marinera y un bacalao al pil -pil que aunque algo salado, estaba gustoso y suculento.
El servicio, es muy familiar y efectivo. El trato es complaciente, benévolo y cortes. Además con las criaturas es muy sociable y cariños, pero no solo con las mías, sino con las de todo el local.
El local, no es bonito y quizás un poco sobre cargado en su decoración, pero todo esto pasa a un tercer plano, por que lo demás cubre esa carencia. El precio además no es desorbitado y accesible. Están especializados mariscos y pescados, pero las chuletillas que pusieron y no pude hincar el diente por mi dieta, estaba riquísimas según me cuentan. En fin… un buen sitio para comer, y celebrar encuentros familiares.
LO MEJOR
La comida, el servicio y el precio.
LO PEOR
La decoración y la ubicación.
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