6º La osadía y la locura del amor.
Hace ya algún tiempo, a finales de los ochenta, los hosteleros bilbaínos se quejaban de la falta de afluencia a sus locales y por otro lado, un sector creativo y artístico reclamaba lugares donde poder actuar y exhibir sus creaciones. La suerte de estar vinculado ya al mundo de la comunicación a través de la radio, me permitía conocer a grupos de Musica, grupos de teatro y artistas plásticos que querían dar a conocerse.
Fruto de mi carácter inquieto, y esa parte de osadía, me permitió poner en marcha un invito que acabo llamándose “El Circuito” y que consistía inicialmente en media docena de locales, para terminar en casi mas de el doble. La formula era sencilla, los hosteleros dejaban sus paredes, para que los pintores y artistas plásticos exhibieran sus obras; Alberto Palomera, www.albertopalomera.com Amalia Pascual y Vicent Lopez entre otros. Otros tantos grupos musicales, como los Daisy Cutters, Tontxu Ipiña, www.tontxu.com y La Blue Velvet Band darían paso y compartirían escenario con grupos teatrales como Tira ta Floja, La Banda Trapera del Río, La Puppenhets Studio el hoy cuenta cuentos y antes excelente mimo Javier Mañon http://showjavishow.blogspot.com y un grupo que causo en mi una huella difícil de borrar, por que contaron un cuento que nunca se me olvidaría en la vida. Se llamaban “Palique” http://palique-cuenteras.blogspot.com y venían desde Madrid gracias a mi amigo de escuela e infancia Gorka Arranz. Bueno detrás de todos estos grupos hay hoy día nombres reconocidos que fruto de sus constancia y continuidad tiene ese reconocimiento personal y profesional en la labores que desarrollan. Llego hasta aquí, por que creo que para hacer posible aquello que deseamos, la CONSTACIA y la CONTINUIDAD con las “2 C” con las que debemos caminar de la mano. Siendo constante y continuo podrás sino “triunfar” al menos “no fracasar” en aquello que te propongas. Fundamental primero proponértelo y luego tener ese toque de osadía, que supongo que si no hubiera tenido en aquella época, jamás hubiera organizado nada y no hubiera conocido a las personas que con su paso, dejaron un poso difícil de borrar. De todos aprendí, pero de “Palique” no olvide este cuento que ahora os detallo…
Cuentan que una vez se reunieron en un lugar de la tierra todos los sentimientos y cualidades de las personas.
Cuando El Aburrimiento había bostezado por tercera vez, La Locura como siempre tan loca, les propuso:
¿Jugamos al escondite?
La Intriga levantó la ceja intrigada y La Curiosidad sin poder contenerse
preguntó: ¿Al escondite? ¿Y cómo es eso?
Es un juego, explicó La Locura, En que yo me tapo la cara
y comienzo a contar, desde uno a un millón mientras ustedes se esconden y cuando yo haya terminado de contar, el primero de ustedes que encuentre ocupará mi lugar para continuar el juego.
El entusiasmo bailó secundado por La Euforia. La Alegría dio tantos saltos que
terminó por convencer a La Duda, e incluso a La Apatía, a la que nunca le
interesaba nada. Pero no todos quisieron participar, La Verdad prefirió no
esconderse. ¿Para qué? si al final siempre la hallan. La Soberbia opinó que
era un juego muy tonto (En el fondo lo que le molestaba era que la idea no
hubiese sido de ella) y La Cobardía prefirió no arriesgarse...
Uno, Dos, Tres...; comenzó a contar La Locura. La primera en esconderse fue La Pereza, que como siempre se dejó caer tras la primera piedra del camino. La Fe subió al cielo y La Envidia se escondió tras la sombra del Triunfo que con su propio esfuerzo había logrado subir a la copa del árbol más alto. La Generosidad casi no alcanzaba a esconderse, cada sitio que hallaba le parecía
maravilloso para cada uno de sus amigos, que si ¿un lago cristalino?: Ideal para La Belleza. Que si ¿la hendija de un árbol?: Perfecto para La Timidez.
Que si ¿el vuelo de una mariposa?: Lo mejor para La Voluptuosidad. Que si
¿una ráfaga de viento?: Magnífica para La Libertad. Así terminó por ocultarse
en un rayito de sol.
El egoísmo, en cambio, encontró un sitio muy bueno desde el principio,
ventilado, cómodo... pero sólo para él.
La Mentira se escondió en el fondo de los océanos (Mentira, en realidad se
escondió detrás del arco iris) y La Pasión y El Deseo en el Centro de los
Volcanes.
El Olvido... se me olvidó donde se escondió... pero eso no es importante.
Cuando La Locura contaba, El Amor aún no había encontrado sitio para
esconderse, pues todo se encontraba ocupado... hasta que divisó un rosal y
enternecido decidió esconderse entre sus flores.
Un millón; contó La Locura y comenzó a buscar. La primera en
salir fue La Pereza sólo a tres pasos de una piedra. Después se escuchó a La Fe discutiendo con Dios sobre Teología, y La Pasión y El Deseo los sintió en el
vibrar de los volcanes. En un descuido encontró a La Envidia y claro, así pudo
deducir dónde estaba El Triunfo. El Egoísmo no tuvo ni que buscarlo; Él solito
salió disparado de su escondite que había resultado ser un nido de avispas. De
tanto caminar sintió sed y al acercarse al lago descubrió a La Belleza y con La
Duda resultó más fácil todavía, pues la encontró sentada sobre una cerca sin
decidir aún de qué lado esconderse.
Así fue encontrando a todos, El Talento entre la hierba fresca, a La Angustia
en una oscura cueva, a La Mentira detrás del arco iris... (mentira, si ella
estaba en el fondo del océano) y hasta El Olvido... que ya se le había olvidado
que estaba jugando a las escondidas, pero sólo el amor no aparecía por ningún
sitio.
La Locura buscó detrás de cada árbol, bajo cada arroyuelo del planeta, en la
cima de las montañas y cuando estaba por darse por vencida divisó un rosal y las rosas... y tomó una horquilla y comenzó a mover las ramas, cuando de pronto un doloroso grito se escuchó: las espinas habían herido los ojos del Amor: La Locura no sabía qué hacer para disculparse, lloró, imploró, pidió perdón y hasta prometió ser su lazarillo.
Desde entonces, desde que por primera vez se jugó a las escondidas en la
tierra...
El Amor es ciego y La Locura siempre lo acompaña.
Magda y Marisa son los nombres de Palique a quienes hace muchos años que no se nada de ellas, pero si las veo, en cada uno de los cuentos que por casualidad, azar o búsqueda encuentro en el camino que supone vivir la vida. Lo siguiente que hago cuando encuento un cuento, es compartirlo con aquellas personas que son capaces de ver, aun con los ojos cerrados. ¿No te pasa alguna vez que cuando quieres ver algo cierras los ojos?
Por que es posible, haz tú que siga siendo posible.
http://jabiercalle.blogspot.com